Si hay algo que nos enseña la experiencia humana es que la gente considerada como genio no lleva una existencia facil, o feliz. Tratan con mucha fuerza canalizar su grandioso potencial pero muy frecuentemente ese camino contiene obstaculos que en la mayoria no se superan, y si los demás mortales los presionan con sus problemas cotidianos, ese potencial podría explotar pero de una manera inesperada y bastante trágica.
Tal vez ese es el modo de vida de esas personas y probablemente ese fue el del difunto Ian Curtis. Nadie sabrá porque, a la joven edad de 23, decidió llevarse sus penas y tribulaciones a la tumba esa mañana de mayo de 1980, despues de haber visto una película alemana y al son de un disco de Iggy Pop, no obstante dejando un legado musical que muchos han tratado de emular mas no han podido.
Tal vez ese es el modo de vida de esas personas y probablemente ese fue el del difunto Ian Curtis. Nadie sabrá porque, a la joven edad de 23, decidió llevarse sus penas y tribulaciones a la tumba esa mañana de mayo de 1980, despues de haber visto una película alemana y al son de un disco de Iggy Pop, no obstante dejando un legado musical que muchos han tratado de emular mas no han podido.
Nacido en Manchester en 1956, Curtis nunca persiguió exito en sus estudios, enfocando sus esperanzas y sueños en convertirse en un poeta, literario o músico, finalmente escogiendo lo ultimo. Aunque con sus marcadas diferencias por sentirse fuera de lugar con los demas de su pueblo, su juventud fue bastante tradicional y casi ideal: se caso con su consentida del colegio siendo aun adolescentes, y a sus 20 años conoció a un trio de aspirantes roqueros post-punk que buscaban un compositor y un vocalista para formar una banda, asi naciendo uno de los pilares de la musica rock contemporanea: Joy Division.
No eran un supergrupo con majestuosas producciones ni giras a lo largo. Su concepto era claro y preciso, solo rock, pero con el toque personal que solo Ian podía proveer con su sombrio unitono y sus bailes exuberantes (que, de manera lamentable, tambien representaban sus constantes ataques epilépticos). Como sus influencias Bowie e Iggy Pop, sus discos estaban destinados a tener un cierto tinte artístico que mucho contrastaba con la escena musical de Inglaterra durante fines de los setenta, pero que aun asi no dejaba de destacar.
Sus letras, al parecer, mostraban una visión hacia el lado oscuro de su vida: desolación emocional, alienación personal, degeneración urbana y hasta la muerte. Los constantes cambios de actitud se debian a muchos factores: la presión cada vez mas ebulliciente por la demanda de presentaciones y el éxito que les venia al grupo, aunada a la destrucción de su matrimonio a causa de su amorío con la periodista belga Annik Honore. Su atropellada travesia en la vida quedo trancada, pero en ello nació otro grupo igual de influyente (New Order), y tambien varios honores a su vida y obra.
Entre esos honores está una pelicula que se acaba de estrenar durante el último festival de cine de Cannes, dirigida por Anton Corbijn y estelarizada por Sam Riley y Samantha Morton, llamada Control. Bastante impactante y visualmente bien producida que aspira atraer más fanaticos a este enigmático personaje.
3 comments:
Interesante película. Buen blog
casthellanox.blogspot.com
Los 80´s fueron lo maximo... aunque en algunos aspectos no los favorezco como positivos, buenos, o tal vez interesante, sin duda hay ambitos totalmente fasinantes y una prueba de ello es la cultura actual que intenta nuevamente retomar esos 80´s pero refrescados...
Yo quiero verla.
Y tienes razón, como te lo dije hace tiempo: es una locura/incoherencia/rareza de la vida -o quizá si tenga sentido- el hecho de que no estén completamente llenos estos seres que mas que una huella dejan el alma en lo que hacen.
Puede que sea la ley de la vida.
PS: me molesta que me ponga filosofico con estos temas.
Luchi*cha
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