En una tarde apacible, donde todo es rutina, donde el día a día venezolano ataca con fuerza la psiquis de quienes habitan esta ciudad congestionada, no esta demás un poco de relax en la comodidad de tu cama, mirando al televisor mientras envejeces un poco. Nada aleccionador si te pones a observar los tediosos programas nacionales (y hasta los internacionales), unos más aburridos que los otros. En tal caso, ¿porque no sacar el cargamento de chucherias, los refrescos y las palomitas de maíz y encantarnos con un buen "deuvede"? (DVD for euros, suckers!)
Estos últimos días han sido de celuloide, así que decidí compartirlo con los fervientes en dos partes destacando lo bueno y lo malo, lo excelente y lo deficiente, lo visto y lo desconocido, los clásicos y los de culto que algunos preferirían que escondieras debajo del colchón en vez de exhibirlos en el estante.
Empecemos con una historia que capaz se la sepan: cuatro chicos ingleses que parecieran comunes y corrientes, que solo cuentan con instrumentos musicales, con los que salvan a toda una sociedad de un aburrimiento y tradicionalismo inminente y escriben una pagina nueva en el libro de la cultura popular del universo. Suena a película de ciencia ficción, pero en general es lo que se conoce como la historia de los Beatles, el grupo de rock más grande de la historia. Desde que se bajaron de ese avión Pan Am en febrero del 64 jamás dejaron nuestros subconscientes y mientras su impacto se sienta en todos los niveles, no lo dejaran por mucho tiempo.
Al principio era la típica banda del reino unido: jóvenes con vestimenta sobria hablando del amor juvenil y con melenas domadas. A fines de su década ya marcaban un estilo más colorido, con intenciones mucho más artísticas que sus simplonas pero definitivamente eficientes canciones legendarias. Comenzó la influencia psicodélica y con ella, discos mas oscuros y maneras mas divertidas de expresión: la disquera Apple, la tienda Apple, Sgt Pepper's, Magical Mystery Tour, Yellow Submarine, los viajes a la India, la loca de Yoko, en fin, mucho arte para mantener a una banda de amigos por mucho tiempo (o ni tanto porque ya a principios de la década siguiente estaban mas que terminados).
En los años siguientes a esos fatídicos últimos meses de 1969-70, varios intentos de modernizar la vena de los Beatles salieron a relucir. La gran mayoría de ellos, sin embargo, han manchado ese legado y mas bien lo han puesto en ridículo, como una película sin sentido que solo consistía en imágenes de la Segunda Guerra Mundial al compás de versiones de canciones con nuevos artistas y la puesta en escena al cine de la idea del Sargento Pimienta a cargo de los Bee Gees y Peter Frampton (ugh!). El nuevo siglo trajo la propuesta de LOVE, el show montado por el Cirque de Soleil, al cual le aportan remixes exclusivos de una vasta serie de canciones de Lennon-McCartney, pero seguía faltando una idea cinemática en la que se pueda intercalar una historia coherente y funcional con las melodías que todos conocemos.
El año pasado, la directora Julie Taymor, en conjunto con los escritores Dick Clement e Ian La Frenais, nos trajeron un cuento con el escenario sobreusado de los años 60s pero con un toque personal a la vida y obra de los Beatles, metaforizados en los personajes que forman parte del film "Across The Universe". Una búsqueda individual del rol principal de la película, el constructor de barcos y artista freelance Jude (Jim Sturgess), lo lleva a conocer una gama diversa de personas con ideales marcados en el área de la música y la política. El ingrediente pasionario y amoroso va por cortesia de Lucy (Evan Rachel Wood), una flower-child que no teme a enamorarse, pero que tampoco se niega a dejar atrás sus principios. No es la simple historia de amor con oda al pasado, ya que cuenta con toda una trama compleja. Sin embargo, el hecho de que los actores canten a lo Fab Four, las constantes referencias a la música de los Beatles y los escenarios surreales hacen un disfrute de las dos horas que dura la película (sin obviar los esperados cameos de Bono como Mr. Kite y Salma Hayek como cinco enfermeras).
Creo que lo anterior le añade algo de desquicio a lo que originalmente solo podía ser una historia de amor, pero por algo ha aparecido entre las diez mejores películas del 2007. Solo roguemos que tal arte llegue a nuestras salas de cine, así evitaremos refugiarnos en los malandros que siempre salen pretendiendo ser venezolanos o las megafantabulosas franquicias que algunas veces nos divierten y otras nos aburren.
"Jai guru deva om..."
1 comment:
Siempre el texto perfecto, pero SIEMPRE hay algo que se roba mi atención... en este caso, la primera imagen!
Perfection.
Luchi*cha
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