Mi amigo Gus y yo tenemos unos cuantos ritos, si se quiere decir. En vez de esperarme en la puerta de su edificio, me espera en el portón gigante de su estacionamiento (como si estuviera contrabandeando algun elemento ilícito, yeah right). En vez de quedarnos hablando en el lobby, nos sentamos en las escaleras y parlamos un poco. Asi transcurrió una de nuestras esporadicas tardes, en las que me pide el favor de acompañarlo a un auto-lavado, porque si no llevaba el carro de su papá a tal establecimiento, el "tal" no iba a responder de sus actos. Tough kid, lo acompañé.
No se porque siento que siempre es un riesgo divertido andar con Gus. Es alguien extraño en cierto modo, pero al mismo tiempo se que pasaré un buen rato haciendo cualquier cosa que nos propongamos. Como una ida al auto-lavado, que desde un principio significó un riesgo porque mi amigo no tiene licencia de conducir, asi que cualquier presencia de un "paco" (policia) era razón de susto. Afortunadamente, teniamos compañia de un par de amigos de el, lo cual nos confortaba y entretenia: un chico que parecia "mod" y no "alternativo" y su linda novia, colega psicóloga de Gus, que asentia a lo que deciamos y expresaba su opinión.
En medio del aire nivel 3 y un cd de Janis Joplin (sugerí cambiar la música pero Gus me puso una cara de niño regañado y desistí), estabamos en camino y en medio de una cola inmamable, en la que discutimos de cualquier tópico, desde compañeros de ellos con problemas emocionales y psicológicos, hasta asesinatos de niños por niños y homofóbia. Gus y yo tratamos de poner una cara de "la-la land" mientras nos empujaban temas sordidos. Yo solo concentrandome en que estaba oyendo a Janis y preocupandome porque se acercaba la temida hora de la uni.
Llegamos por fin a nuestro destino para descubrir que nuestros vidrios se veian afectados, o mas bien impactados, por una terrible visión: un par de "ricos nuevos" en una gran camioneta, con un tema de reggaeton barato tras otro disparados en un bajo inmenso. La pobre Janis, que de por si es gritona pero nice, se quedo poquita por el ruido insoportable, y el digno "mod" quejandose, yendose del carro, fumando y refunfuñando en la ventana. Yo no le presté tanta atención, era parte del día a día, tengo que lidiar con gente asi, es mi cuasitrabajo en la uni. Solo puse una sonrisa y admitir que en alguna manera, estabamos pasandolo bien.
La inexperiencia de Gus ante ciertas situaciones era evidente cuando no sabia que hacer durante el proceso del auto-lavado: "¿será que me quedo? No, verdad? asi me mojo. ¿Será que le doy las llaves al tipo? ¿Y si me roba?". Solo confia en el moreno y vamos a tomar algo en la sala de espera, le decia. Una simple y amena sala de espera: vitrinas con utensilios de carro, mas utensilios en los pasillos y unas comodas sillas dirigidas hacia la tele plana que estaba en la puerta. Nos encontramos con unas curiosas ediciones de "Vanidades" en las mesas. Digo, "Vanidades"? Normalmente nos podríamos encontrar unas "Muy Interesante" o "Popular Science" o tal vez "Meridiano", pero "Vanidades"? La diversidad está en todo, por lo visto.Mientras el "mod" y Gus estaban horrorizados, la novia del "mod" y yo fascinados. Particularmente, es un rito histórico porque mi mama solía comprar revista de "Vanidades" tras otra, cada mes, porque coleccionaba las recetas (de las cuales no hizo ninguna mientras yo tenga memoria) y porque le gustaba ver la moda de las celebridades y leer las historias tétricas de las mujeres que hicieron historia. Es como una Cosmo para mujeres en edad avanzada. En una de ellas me encontré la historia de alguien que parecia una propaganda de un centro de rehabilitación: "De princesa punk a mujer de negocios". Sonaba a success story pero con un twist; la mujer en cuestión en el artículo si era en efecto una princesa, de la realeza alemana. Su nombre es Gloria Von Thurn And Taxis, pero dentro de la sociedad de Alemania era mejor conocida como Gloria TNT. Era una mujer que dejó los convencionalismos de su entorno para adentrarse en una onda Punk que la distinguia del montón y la hacia la anfitriona preferida en las fiestas de la socialité. Afortunadamente estaba en los 80s, asi que nadie la llamo loca por sus estilos de peinado extravagante y vampiresca presencia. Tanto partying le hizo mal: tuvo problemas de alcoholismo y adicción a las drogas y su querido marido se murió de un infarto, quizas de tanto ver su destrucción. Ella no le quedo mas que calmar las deudas que dejó su difunto marido y levantar de nuevo su mini imperio a punta de negocios y caridades. Es casi una viejita senil ahora, pero una viejita adorable y simpatica, no una decadente y plastica como a veces se ven las señoras de la realeza española (no discuto la inglesa, esa SI es una realeza).
Cuando quise saber mas de TNT, nos hicieron la llamada de irnos. Todo estaba listo, la camioneta rechinaba de limpia y nosotros contentos de poderle hacer el favor a nuestro joven amigo. Personalmente hubiera preferido un mejor escenario en la sala de espera, como otra cosa que no fuera futbol en la tele plana, o el incesante olor de los "pinos" alrededor, pero aparte de ese deseo, confirmé mis sospechas iniciales: era simplemente otro buen rato con Gus.
FIN