doing the shake...or is it the twist?

Este fin de semana fue otro denigrante en mis labores de guardia en mi trabajo. Entiendo que un centro de noticias como en el que estoy no se puede quedar sin empleados NUNCA, ni siquiera en Navidad, pero para mi los fines son tan sagrados como un domingo de ramos para los religiosos (bueno, quitando los rituales). Aun asi, es mi penitencia por trabajar alli, lo tengo que hacer sin pataleos. Eso si, respetan mis necesidades fisiologicas y hasta me dan un tiempito para comer, que fue exactamente lo que hice ayer en la tarde, a eso de las 3.

Bajé a La Castellana a comerme un "asquerosito" (el nombre código de uno de los redactores para las hamburguesas de McDonalds) y procedí a sentarme cuando de la nada me llegó un mensaje de una compañera de trabajo, una de las pocas afortunadas en quedarse en su casa: "Sintieron el temblor?". Yo, con el celular en una mano, y una papita en el otro quede extrañado y pensó inmediatamente que mi amiga tenia un caso de locura temporal. Seguí comiendo y salí del McD cuando otro amigo me mando un mensaje: "Estoy en Los Proceres y aqui se sintió el temblor, qué información tienen alla?".

La gente estaba loca de verdad...o es que de verdad paso algo?. Entre en modo alerta y llegué a la sala de redacción, y confirmó mis sospechas al ver gente corriendo y gritando por mas y mas información. Claro y raspao': 4.3 Richter, epicentro cerca de La Guaira, ningun daño material o humano, llamado a la calma. Todos estaban activados, y eso es bueno cuando se trata de ese tipo de circunstancias en un centro de noticias, pero, era suficiente tanto alboroto, tanta gente hablando de un terremoto que nunca ocurrió, tanta gente llamando a la calma cuando solo eso aumenta el nerviosismo de la gente ante algo que fue de baja magnitud, considerando la clase de fenomenos que nos hemos visto inmersos en este pais? La respuesta a todas esas preguntas es una sola: NO!.

Entendi, de primer plano, que en Venezuela, sobretodo en Caracas, si hablas de terremoto o sismo, la gente se pone histerica, arrancan llorantinas, las llamadas a los familiares estan a la orden del dia y entran en una situacion en la que todos sienten una solidaridad que nunca sienten en otra ocasión. Los sismos o temblores deben dejar de ser para la gente histerica para convertirse en punto de partida para las personas que quizas los necesiten: amantes en plena faena de sexo con necesidades de un poco mas de accion, un niño con ganas de divertirse jugando al astronauta llegando a Marte, la solucion mas facil para deshacerse del Simio rojo en poder. Todo vale.

Toda esta habladera intensa de terremotos virtuales me dio ganas de bailar, asi que lo haremos. Mientras tanto, me voy a mi trabajo, me convertire en beatnik y leeré en voz alta pasajes de Jack Kerouac mientras la gente se empieza a volver loca. Ta-dah!