MASHUP: Soundtrack to a trashy evening!

No me esperaba que esa noche terminara asi, pero sucedio. No lo vi venir, aunque por su naturaleza agitada, tenia que estar preparado para lo inesperado. Primero, en casa de un amigo, celebrando el logro definitivo de 5 semanas arduas de levantarse a las 6am para ir a la universidad mientras la gente buena de vacaciones dormia hasta tarde. Unos cuantos vasos de vodka+jugo+granadina después, estaba totalmente animado para que la noche siguiera, y asi fue, en la sede residencial de los NDK, Sake.

La gente, sudada y bailando como si no hubiese mañana, era increible, aunque cada martes es asi. Ojo, no se ha convertido en una rutina, simplemente que me contagia mucho ese ambiente de festejar en un día atravesado de semana, a pesar de que a mucha gente le enrolla eso. La música ayudaba por supuesto, durante la noche iba en crescendo, de dulce a pulpitante a terriblemente trash.

Culminó en un pico y de ahi pocos nos queriamos bajar, asi que era momento de seguir andando. 7 personas en un Neon era suficiente, nuestra nave y su piloto veloz nos dirigió de manera extrema a una populachera arepera de Las Mercedes para continuar el festejo. Entre dimes y diretes, risas, fiestas pasadas, presentes y futuras, viajes al interior, romances interculturales, anécdotas infantiles y adultas, se nos fueron las incontables botellas verdes. Si, verdes. Eramos todos acabatrapos, y lo cantabamos a full volumen para que la gente nos oyera.

Creo que la nave adquirió mas combustible que lo requerida porque su velocidad aumentó considerablemente. Agraciados estuvimos de que no sucedió ninguna casualidad que lamentar, a excepción del "montecito" desperdiciado en el carro por uno de los tripulantes y un frenazo que soltó un espontaneo "mamag%&#o", a causa de la imprudencia al volante. Que sorpresa: la cultura de las colas insoportables caraqueñas en la mañana-tarde tambien se traduce al descuidado aprete al acelerador de la madrugada.

Uno por uno, nuestro transporte nos iba dejando a sus aposentos, ya era demasiado tarde y nuestros cuerpos demasiado magullados para mantenernos a pie. Parecia Le Tour De Caracas, atravesamos la ciudad de lado a lado, todo en cuestión de minutos, con el viento a nuestro favor y con el nuevo disco de Girl Talk sonando en las bocinas. Un toquesito hiphopero a una noche que finalizó con todos colgando nuestros outfits y rindiendose a los brazos del eterno Morfeo.

Hasta la mañana siguiente...