A principios de los setenta, los vestigios del punk se hacían venir desde Inglaterra con el corto pero admirable movimiento glam. Los hombres se despojaban del machismo para arreglarse el pelo, ponerse brillantina alrededor de sus mejillas, y pintar sus labios con un lipstick tan fuerte que a las chicas no les importaría. Mas bien, se sentirían tan a gusto que gritarían tal cual John, Paul, George y Ringo.
En Estados Unidos, el glam no movió masas pero si dio que hablar en una sociedad cada vez mas discriminativa y prejuiciosa. Un hombre de Pennsylvania no lo logro entender, y menos mal que no, porque dejo un pequeño pero importante legado en el art rock.
Su nombre era Bruce Wayne Campbell pero era mejor conocido como Jobriath. Casi nombre bíblico pero definitivamente imponente, su deseo de expresar arte comenzó desde un principio al ser uno de los veteranos de las producciones del mítico musical Hair. Logro codearse con los progresivos pero aun así era totalmente incomprendido. Sin embargo, sus performances de alto nivel y la calidad transformable de su voz hicieron eco en los oídos del legendario Clive Davis, asi como el manager de Carly Simon, Jerry Brandt, quien llevo al joven a Elektra Records con sueños enormes.
En la década del YO, no se escatimaron gastos para promover a Jobriath. ¿Porque? Por que era diferente, por obvias razones. Estaba destinado a ser la sombra de Bowie, pero tal como lo dijo Brandt, "Jobriath es a Bowie como un Lamboughini es a un Model A Ford". No solo era el primer cantante en abiertamente demostrar cuan queer era, sino que era el primer artista en ser comercializado al máximo: publicidad en Vogue y New York Times, una valla de 80 pies que urgía su torso casi estatuesco, reseñas alabantes en Cashbox y Rolling Stone. Todo anticipando su disco debut, lanzado en 1973.
La conclusión: mucho muy temprano. El disco se vendió muy poco en comparación con la cantidad de promoción que recibió. La escena glam rápidamente se deterioraba y Jobriath se iba con ella. Elektra se lavo las manos de el, y tras otro disco y una gira sin futuro, Jobriath se quedo sin lugar en la industria de la música. Anuncio su retiro y se resigno a vivir en el penthouse del hotel Chelsea en Nueva York hasta el fin de su vida.
Tomo otra personalidad, la del estilizado cantante cabaretero Cole Berlin y buscó trabajo cantando en diners locales y en fiestas chicas. Su proceso creativo no paro, ya que aun desempleado, podía trabajar en una serie de musicales autobiográficos. Su estilo de vida despreocupada, el cual incluida ocasionales jornadas como prostituto, lo perjudico al final, contagiándose de ese mortal virus que para principios de los ochentas estaba consumiendo gran parte de la comunidad gay de los Estados Unidos. En agosto de 1983, dejo de existir, solo para convertirse, en un artista de culto, cuyos principales admiradores son los Pet Shop Boys, Gary Numan, Siouxie Sioux y Morrissey.
Sin duda, todo un pionero...en su Sunday Brunch....
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